(GUERRA INCIVIL ESPAÑOLA - 1.936-1.939)
En fila india, enlazados por cadenas oxidadas...
Con zapatillas rotas, de pasear su celda…
Envueltos en silencios de muerte ya cercana,
caminan en el alba hacia la muerte cierta.
Son reos del pecado de haber pensado en alto,
de ser libres, sin miedo; de no ocultar su credo.
Son hombres que caminan, pensando en el pasado,
que pronto, por las balas, dará paso a la historia.
Soy hijo de ese pueblo que niega sus derechos,
a quienes por ser fieles a la verdad, murieron.…
Soy nieto de esos hombres que con ojos vendados,
esperan postrer grito de: "¡Fuego!» «¡Disparadles!»
Soy yo el heredero de aquellos que murieron,
alineados en las tapias de viejos cementerios…
Con los ojos vendados, sin ver a su asesino,
pasaron a la historia por odios sin sentido.
Soy yo quien hoy sostiene su rasgada bandera…
Soy de su herencia hijo y de su muerte sangre.
Soy hijo de sus gritos de libertad postrera,
cuando las raudas balas su corazón buscaron.
Quisiera no heredar el odio que les mata,
para labrar la tierra en donde libres crezcan,
los hijos de mis hijos en franca tolerancia,
olvidando un pasado que a mi… ¡me da vergüenza!
© 2009-Fernando J. M. Domínguez González
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